lunes, 7 de diciembre de 2009

Adios a Copenhague

La temperatura de la Tierra es más sensible al dióxido de carbono de lo que se pensaba.

La imagen muestra la respuesta de la temperatura de la Tierra (en grados C) a un aumento de dióxido de carbono atmosférico de los niveles preindustriales (280 partes por millón por volumen) a niveles más altos (400 partes por millón por volumen) (a) predicción de las temperaturas globales en la que los procesos que se ajustan a escalas de tiempo de relativamente corto plazo (por ejemplo, los hielos marinos, nubes y vapor de agua) están incluidos en el modelo de (b) Incluye otros procesos a largo plazo que se ajustan a escalas de tiempo relativamente largo (vegetación y hielo terrestre).

Earth system sensitivity inferred from Pliocene modelling and data. Daniel J. Lunt, Alan M. Haywood, Gavin A. Schmidt, Ulrich Salzmann, Paul J. Valdés y Harry J. Dowsett. Nature Geoscience 3, 60 - 64 (2010)

En el largo plazo, la temperatura de la Tierra puede ser 30-50 por ciento más sensible al dióxido de carbono en la atmósfera de lo que ha sido previamente estimado, informa un nuevo estudio publicado en la Nature Geoscience esta semana.

Los resultados muestran que los componentes del sistema climático de la Tierra, que varían con largos períodos de tiempo – como el hielo terrestre y la vegetación – tienen un efecto importante en la sensibilidad del a temperatura, pero estos factores a menudo son ignoradas en los modelos climáticos actuales.

Dr. Dan Lunt, de la Universidad de Bristol, y sus colegas compararon los resultados de un modelo climático global para las reconstrucciones de la temperatura ambiente de la Tierra de hace tres millones de años cuando las temperaturas globales y las concentraciones de dióxido de carbono eran relativamente elevados. Las reconstrucciones de temperatura se calcularon utilizando datos de los sedimentos del suelo marino de tres millones de años de edad

Lunt, dijo, “Hemos encontrado que, dada la concentración de dióxido de carbono predominante hace tres millones de años, el modelo muestra un aumento de temperatura significativamente menor que el indicado por las reconstrucciones. Esto nos llevó a revisar lo que faltaba en el modelo. “

Los autores demuestran que el aumento de las temperaturas indicadas por las reconstrucciones se puede explicar si los factores que varían en escalas de largo tiempo, como el hielo terrestre y la vegetación, se incluyen en el modelo. Esto es debido principalmente a que cambios en la vegetación y el hielo hacen que se absorbe más luz solar, lo que a su vez aumenta el calentamiento.

Incluyendo estos procesos a largo plazo en el modelo resulta un aumento de la temperatura de la Tierra como respuesta al dióxido de carbono, lo que indica que la temperatura de la Tierra es más sensible al dióxido de carbono que lo reconocido con anterioridad. Los modelos climáticos utilizados por organismos como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático no suelen incluir plenamente estos procesos a largo plazo, por lo que no representan completamente la sensibilidad de la temperatura de la Tierra al dióxido de carbono.

Alan Haywood, co-autor en el estudio de la Universidad de Leeds, declaró: “Si queremos evitar un cambio climático peligroso, esta mayor sensibilidad de la Tierra al dióxido de carbono debe tenerse en cuenta al establecer los objetivos para la estabilización a largo plazo en la atmósfera de las concentraciones de gases invernadero”.

Lunt añade: “Este estudio ha demostrado que el estudio de los climas del pasado pueden aportar ideas importantes sobre cómo la Tierra podría cambiar en el futuro”.

Cambio Climático. Estado de los Recursos Marino a Nivel Mundial.


"El océano sólo llega al público con noticias sobre derrame de petróleo o por conflictos derivados de la pesca".
"Necesitamos una ciudadanía informada, algo que no ocurre en la actualidad ante la ausencia de información que sobre los océanos hay en la escuela y en la universidad".

Los océanos juegan un papel esencial en los aspectos de regulación del clima ya que capturan el exceso de calor y de los gases de efecto invernadero y los trasladan a las capas más internas de la Tierra.

No obstante, los millones de toneladas de dióxido carbono que todos los años absorben los océanos están alterándolos de manera que sus aguas cada vez son "más ácidas" lo que provoca, por ejemplo, que el calcio se diluya y sea cada vez más difícil la formación de los arrecifes de coral.

Los gobiernos no pueden esperar a que ocurran los primeros efectos catastróficos de los cambios climáticos para reaccionar porque entonces será demasiado tarde, ya que la inercia térmica de los océanos prolongará los efectos del calentamiento global haciendo irreversibles las consecuencias para varias generaciones de gobernantes.
Dos equipos independientes del NCAR (National Center for Atmospheric Research) han modelizado el efecto de la inercia de los océanos sobre el calentamiento climático. Hace dos años, el NCAR formuló otra predicción modelizada de la evolución del clima, señalando que la temperatura global subiría hasta 10 grados este siglo si no se reducen las emisiones contaminantes.
Respecto a la nueva investigación, se basa en que el agua necesita mucho más tiempo que el aire para calentarse, lo que también es válido para la atmósfera y los océanos. Debido a las pautas de tiempo invertidas en estos procesos, incluso aunque las emisiones de gases de efecto invernadero se hubieran estabilizado en el año 2000, la temperatura media del planeta continuaría subiendo medio grado Celsius a lo largo del siglo XXI, según el modelo realizado al respecto por Gerald Meelh y Tom Wigley.
Por la misma razón el nivel del mar continuaría subiendo por efecto de la expansión térmica, ya que los océanos se dilatan al aumentar su temperatura. Aún sin contar con la fundición de los hielos terrestres, continentales y del mar, el nivel de los océanos subirá inevitablemente al menos 10 centímetros este siglo.
El nivel del mar se ha incrementado ya 9 centímetros en el último siglo y podría aumentar entre 9 y 88 centímetros en el presente. Si el hielo de Groenlandia se derrite completamente, se sumarían 7 metros al nivel global del mar y si se suma la capa del Antártico, se aumentaría otros 5 metros.









Los océanos del mundo están absorbiendo una cantidad de dióxido de carbono sin precedentes, lo cual tiene como consecuencia un aumento de su grado de acidez y un incremen- to del riesgo de desaparición de muchas espe- cies marinas.
Esta alteración de acidez podría trastocar las redes tróficas marinas y alterar la composición biológica, geológica y química de los océanos de una forma por ahora ininteligible e imprevisible. El cambio climático ya lo estamos viviendo. Grandes desastres naturales que antes ocurrían cada década, ahora cada vez ocurren con más frecuencia e intensidad. En los polos se estan desprendiendo masas de hielo gigantes de centenares de km. cuadrados a causa del calentamiento global.

• “Si hemos de sobrevivir como humanidad, necesitamos cambiar drásticamente nuestra forma de pensar”. Albert Einstein
• “Los países más vulnerables son los menos capaces de protegerse a sí mismos. También son los que menos contribuyen a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Si no se toman medidas, pagarán un alto precio por las actividades de otros”. Kofi Annan
• “Al igual que la esclavitud, la pobreza no es un estado natural. Es obra del hombre y puede ser superada y erradicada por la acción de los seres humanos”. Nelson Mandela
• “La velocidad no importa si vas en la dirección equivocada”. Mahatma Gandhi
• “Solos podemos conseguir muy poco, pero juntos podemos lograr mucho”. Helen Keller
• “Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”. Arzobispo Desmond Tutu
• “La injusticia hecha a uno solo es una amenaza a todos”. Montesquieu
¿En qué afecta el cambio climático a los océanos?
Los mares y océanos representan el 71% de la superficie de la Tierra, 360 millones de km² y el 97% de los recursos hídricos terrestres.
Constituyen una gran fuente de recursos biológicos y naturales, comparable o incluso superior a los bosques tropicales. Suponen además un recurso económico y una reserva de fuentes energéticas, y son reguladores esenciales del clima terrestre, así como sistemas muy productivos que reciclan continuamente sustancias químicas, nutrientes y agua. El 40% de la población mundial vive a menos de 60 Km. de la costa y 35 millones de personas dependen de la pesca. Los océanos son una fuente esencial de alimento y empleo, proporcionando rutas naturales de comunicación, transporte y comercio.
Si bien a lo largo de miles de millones de años, la Tierra ha experimentado diversos tipos de cambios en su clima, producto de diversos y complejos factores de naturales y algunos catastróficos (p.ej. caída de asteroides, actividad volcánica), hoy en día se agrega otro factor totalmente nuevo al cambio climático. Es aquel que se está produciendo debido, primordialmente, a la acción humana.
El principal, entre otros, es la emisión descontrolada de gases de efecto invernadero, que están modificando la atmósfera de manera tal que están afectando y afectarán sensiblemente el clima de la Tierra, de no mitigarse su emisión (todas las fuentes). Antes del comienzo de la revolución industrial (hacia 1750) la concentración de CO2 en la Atmósfera era de unas 280 partes por millón (0,028%) y a principios del siglo XXI alcanza casi las 370 ppmv (0,037%).
El Simposium Mundial sobre “Los efectos del cambio climático en los océanos”, celebrado en Gijón (2008), donde más de 450 científicos de 60 países analizaron los efecto del cambio en los océanos, alertando sobre las graves consecuencias de un aumento de la temperatura en nuestros mares. Las consecuencias del calentamiento global se pueden traducir en un aumento de la salinidad y la acidez de los océanos, además del consabido aumento del nivel del mar.
Los océanos del mundo están absorbiendo una cantidad de dióxido de carbono (CO2) sin precedentes, lo cual tiene como consecuencia un aumento de su grado de acidez y un incremento del riesgo de desaparición de muchas especies marinas, especialmente las que contienen carbonato cálcico: corales, moluscos, crustáceos y fitoplancton. Según trabajos de investigación presentados en un coloquio organizado conjuntamente por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la UNESCO y el Comité Científico de Investigaciones Oceánicas (SCOR) del Consejo Internacional para la Ciencia (2008), esta alteración del grado de acidez podría trastocar las redes tróficas marinas y alterar la composición biológica, geológica y química de los océanos de una forma por ahora ininteligible e imprevisible (ver tabla 1).

El 80% del calor absorbido por el planeta va a parar a los mares, donde el 60% de la responsabilidad por el aumento del nivel del mar tiene que ver con el incremento de temperatura. Es por ello que cualquier variación e incremento en los niveles de temperatura puede tener graves consecuencias en el nivel del mar, esto es trascendental por cuanto que el funcionamiento de los océanos controla de modo directo el clima global.
El cambio climático ya lo estamos viviendo. Grandes desastres naturales que antes ocurrían cada década, ahora cada vez ocurren mas seguidos. Estos fenómenos cada vez ocurren con más frecuencia e intensidad. El desprendimiento de grandes bloques de hielo esta ocurriendo en los en los polos, masas de hielo gigantes de centenares de km. cuadrados. Si bien el desprendimiento de esos bloques que colapsaran no tendrá un efecto en la elevación del nivel del mar, significa una alerta que algo no anda bien, porque esos desprendimientos de esa naturaleza no son usuales, es a causa del calentamiento global. Y que es la zona más afectada por el calentamiento, y la Antártica es la zona que más a sufrido el aumento de temperatura.
El deshielo del Ártico, está ocurriendo a un ritmo considerado alarmante. Se estima que las masas flotantes que cubren el Océano Ártico continúan derritiéndose rápidamente y hay escasas dudas que el calentamiento global está jugando un rol significativo en su declinación. Las últimas informaciones transmitidas por satélites indican que la extensión del hielo en septiembre de 2006 fue un 13.4% menor que el promedio.
Hoy en día el hielo del Ártico es la mitad de grueso que hace 30 años y el área que cubre la capa de hielo se ha encogido en un 10%. Si el deshielo continua, pudiese no haber mas hielo en el Ártico para el 2070.
El aumento de la temperatura global estaría combinándose al parecer con el variable patrón atmosférico de circulación conocido como la Oscilación Ártica. En la medida que los vientos y las corrientes empujan las masas de hielo hacia el sur, más se derriten. Y cuando el nuevo hielo está aun formándose en el invierno, es más delgado, y por lo tanto se derrite más rápido en el verano que el hielo más antiguo. Pronto podrá llegarse a un punto en el cual el hielo marítimo no pueda ya recuperarse.
El deshielo del Ártico necesariamente afectará la cálida y salada Corriente del Golfo, lo que alteraría el clima de Europa Occidental y del Este de EE.UU. Las consecuencias serían veranos más cálidos que se prolongarían más allá de lo habitual, e inviernos más intensos con una duración también mayor a la actual. Pero, si la invasión de aguas árticas al Atlántico, llega a bloquear la vital corriente del Golfo, convertiría paradójicamente a la Europa del Norte, en una región con frío insoportable (estamos hablando del Reino Unido, Islandia, Noruega, e islas menores, por lo menos). Hay que agregar que el paulatino deshielo de Groenlandia también afectaría la fría Corriente del Labrador que incide sobre el clima sobre la costa Este de Estados Unidos, con los consiguientes efectos climáticos. En el año 2002, 51.000 metros cúbicos de agua dulce y fría provenientes del deshielo de Groenlandia fueron volcados en las cálidas y saladas aguas de la Corriente del Golfo. Se estima que el 80% de los hielos que cubren Groenlandía se están derritiendo a razón de un metro por año.
De la misma manera que los océanos retiran calor de la atmósfera, lo devuelven a la misma a través del proceso de la retroalimentación, por lo que un incremento de la temperatura se podría traducir en un aumento de la intensidad de ciclones, tifones y huracanes, que afectarían, además, a una mayor zona.
Todos los huracanes reúnen su fuerza del calor de los océanos y los océanos del mundo se están calentando como resultado del cambio climático. Un resultado predecible es la ocurrencia de tormentas más intensas con vientos más fuertes y mayores niveles de precipitación.

El Ártico en proceso de fusión, acelerará el ritmo del calentamiento global. A medida que el hielo y la nieve se derritan, la capacidad del Ártico para reflejar el calor hacia el espacio se verá reducida, acelerando la tasa general de calentamiento global.
Estimaciones indican que el nivel del mar, que ya registró un ascenso inhabitual en el siglo XX, debido al deshielo de los casquetes polares, zonas peri glaciares y fundamentalmente por la dilatación térmica de los océanos, podría incrementarse severamente. El nivel medio global del mar ya ha subido cerca de 15 cm. en el último siglo y se prevé que el calentamiento de la Tierra ocasionará un aumento adicional de alrededor de 18 cm. o más para el año 2030 (Tabla 2)
Las poblaciones que viven en zonas costeras bajas, en caso de no poder adaptarse a las condiciones de un medio adverso por el incremento del nivel del mar, o ver totalmente inundados su hábitat, están perdiendo y perderán sus hogares y asentamientos, lo que supone forzosamente emigrar o ser evacuadas. Este extremo -que ya se está produciendo- causará un impacto humano, geográfico y socioeconómico dramático, dado que se estima que la sexta parte de la población mundial vive sobre el nivel del mar o pocos metros por encima.
Las áreas más vulnerables se concentran a lo largo de la costa sur del Mediterráneo, la costa oeste de África, el Sur de Asia (India, Sri Lanka, Bangla Desh y el Archipiélago Maldivas), los estados costeros del Sudeste de Asia y atolones de coral en los océanos Pacífico e Indico. Estas regiones pertenecen a algunos de los países más densamente poblados y empobrecidos del planeta, con un ingreso de 2 o menos dólares diarios. A la vez, China y el Sur de Asia, poseen las costas más pobladas del mundo, con una densidad de más de 2.000 personas por kilómetro cuadrado.
En las predicciones de mediano y alto impacto, la faz de la Tierra cambiaría totalmente, muchas islas desaparecerán, y grandes ciudades costeras o porciones importantes de las mismas, quedarían bajo el agua, como el caso de Shangai y Nueva Orleáns.
En la pesca ya se está notando, por ejemplo, en los periodos de afloración que cada vez son menores y menos intensos, con la implicación que esto tiene para toda la cadena trófica y finalmente, para el sector pesquero”.
Los osos polares podrían extinguirse para fin de siglo. Es improbable que logren sobrevivir como especie si hay una casi total pérdida de la cubierta de hielo de verano, que se estima podría desaparecer antes del final de siglo, de acuerdo a algunos modelos climáticos
Actualmente la variable salinidad de los mares y su relación con la precipitación y evaporización, que conduce a saber si llueve mas o menos. En los lugares donde hay un incremento de salinidad hay menos precipitación y más evaporización.
¿Cuáles son las zonas más afectadas y por qué?
El accionar del hombre fue siempre insignificante, comparado con la magnitud del ecosistema marino, todo era compensado por la naturaleza. El mar y la atmósfera se comportan como infinitos, deglutiendo los subproductos indeseables de la actividad humana. Pero nos volvimos demasiados poderosos. Somos muchos y manejamos energías capaces de alterar equilibrios naturales. EL uso nacional y el manejo de ecosistemas esta en primera línea desde hace años. Actualmente estamos experimentando la fragilidad de los equilibrios marinos, la respuesta nos las dan los Mares Indico y Báltico, casi muertos, el Mar del Norte, cuyos recursos piscícolas declinan trágicamente, el Mediterráneo gravemente afectado y los arrecifes agonizantes del mundo entero.

El nuevo atlas de los océanos del mundo (Halpern et. al., 2008) revela que las actividades humanas han tenido un fuerte impacto en aproximadamente el 40 por ciento de su extensión y que han dejado sólo alrededor de un 4 por ciento de ellos relativamente intacto . El mar del Norte, las cercanías de Japón, el Caribe, zonas del Mediterráneo, el golfo Pérsico o el mar Rojo son algunas de las zonas que han sido las más perjudiciales, aunque con el cambio climático la situación está cambiando rápidamente.
El autor recopiló datos de diferentes fuentes y los volcaron en un modelo que asignó a cada kilómetro cuadrado de océano un valor único. Este valor refleja el conjunto de impactos de todos los cambios inducidos por los humanos en ese espacio en concreto. El resultado revela que no hay ninguna área del océano que esté completamente a salvo de las actividades humanas, En cada uno de los kilómetros cuadrados de nuestros mares están ocurriendo cambios ecológicos debidos a causa antropogénicas, dice textualmente el estudio. Por eso, en la escala de afección que han utilizado no existe el valor 0, sino que el más bajo se refiere a un impacto menor de 1,4. En este sentido, y aunque muchas zonas de las regiones polares aparezcan por ahora por debajo de esa cifra -también el Estrecho de Torres, al norte de Australia-. Los investigadores advierten de que es probable que, a medida que el cambio climático caldee esas áreas, la mano del hombre acabe llegando hasta allí: con toda su fuerza destructiva. No obstante, este análisis no tiene en cuenta la polución atmosférica, que es particularmente alta en el Ártico.
Donde ésta el impacto ha llegado a un 41 por ciento de los océanos, con un impacto medio-alto. Y aunque el porcentaje donde las afecciones han sido muy altas sólo representan el 0,5 de los mares, en cifras absolutas este porcentaje representa una superficie de más de 2,2 millones de kilómetros cuadrados.
Los ecosistemas más afectados son las plataformas continentales, los arrecifes rocosos, los arrecifes de coral, las praderas y las montañas submarinas. Y además de las regiones antes citadas (Caribe oriental, Mar del Norte y aguas de Japón) los investigadores identifican otras zonas con alerta roja: el mar de la China, es su parte meridional y oriental, la costa este de Norteamérica, el mar Mediterráneo, el mar Rojo, el Golfo Pérsico y partes del Pacífico occidental.
La publicación de Halpern et al., presenta una base de datos que revela por primera vez la magnitud, extensión geográfica y localizaciones precisas del calentamiento del océano. Con está información, los ciudadanos, investigadores, políticos etc., pueden comenzar a enfrentar el problema mayor, de comprender y prever cómo el calentamiento del océano impactará sobre los ecosistemas marinos. Asimismo, los resultados ayudarán a clasificar un orden de prioridad para los proyectos de conservación marina. Por ejemplo, las zonas de pesca pueden modificarse y las rutas de navegación, redefinirse para disminuir los impactos en ecosistemas sensibles.

Cambio climático y sus consecuencias en los océanos.
• Los arrecifes de coral que protegen y proveen de arena a las playas se ven severamente afectados o mueren con temperaturas oceánicas de 1º Celsius mayores que la máxima normal promedio de la del verano. El calor provoca que el coral se desprenda de las algas que lo alimentan, lo que ocasiona que se decolore y se torne blanco. Este factor llamado "blanqueado" será mayor en el Caribe y menor en el Pacífico Central en las próximas décadas.
• Un 27% de los arrecifes de coral del planeta están hoy en día severamente dañados. Si el calentamiento global persiste, un total del 60% de todos los arrecifes podrían perderse para el 2030.
• Estudios recientes encuentran que el ritmo global de la fusión de los hielos se ha duplicado desde 1988. Es en el Ártico donde está ocurriendo a un ritmo más acelerado. Los científicos han detectado un 40% de reducción del espesor promedio del hielo en el Ártico en los últimos 40 años.
• El hielo del océano Ártico, que tiene una extensión similar a la de los EE.UU., se redujo en un 6% entre 1978 y 1996, perdiendo un promedio por año de 34.300 kilómetros cuadrados por año, es decir, un área mayor que la de Holanda.
• De continuar el actual ritmo de calentamiento, el hielo del Ártico dejaría de existir en el verano del 2050, lo que podría afectar severamente la Corriente del Golfo y el clima del Norte de Europa.
• La excesiva fusión del hielo del Ártico podría tener un efecto de enfriamiento en regiones de Europa y el este de EE.UU., debido a que la irrupción de agua fresca en el Atlántico Norte podría alterar la circulación oceánica que permite a la Corriente del Golfo fluir hacia el Norte.
• El deshielo global ha llevado al hambre y a la perdida de peso de los osos polares, y ha alterado los habitas como asimismo las pautas de alimentación y cría de los pingüinos y las focas.
• La cubierta de hielo de la Antártica que representa el 91% del hielo terrestre, también se está derritiendo, aunque no hay acuerdo todavía en cuanto a la velocidad con que lo hace. En las ultima década 3 bloques de hielo se han desintegrado totalmente: el Wordie, el Larsen A y el Principe Gustavo. Se estima que otros dos, el Larsen B y el Wilkins también lo hagan en el futuro próximo. Si ambos pliegos, el occidental y el oriental, de la Antártica se derritiesen, causarían un aumento de 70 metros del nivel del mar.
• Algunas proyecciones sugieren que para el 2080, el numero de personas que deberán enfrentar inundaciones severas, en el Caribe, la India y el Océano Pacífico, será 200 veces mayor que si no hubiese ascenso del nivel del mar.
• El aumento del nivel del mar, podría-por primera vez en la historia-hacer desaparecer estados soberanos que corresponden a pequeñas islas. Es el caso de Tuvalu un pequeño país isleño en el Pacífico, cuyos habitantes han comenzado a emigrar a Nueva Zelanda como medida preventiva, con la asistencia de un plan elaborado a tales efectos para recibir emigrantes.
• Las Maldivas, que cuenta con 400.000 habitantes y que es un archipiélago de islas en el Océano Indico (suroeste de la India), ha tenido que evacuar residentes de cuatro de sus islas en los años pasados, debido al ascenso del nivel del mar. Kiribati perdió en 1999, dos islotes inhabitados, Tebua Tarawa y Abanuea por el factor antedicho.
• Algunas playas de Trinidad, donde el nivel del mar ha aumentado de cuatro a ocho veces más rápido que el promedio global, se están retirando a un ritmo de 2mts. al año durante los pasados 15 años. En Fiji, por la misma causa, las playas en Viti, Levu y Taveuni se han retirado a razón de 75 cms. por año.
• En el otro extremo del mundo, el ascenso del nivel del mar ya está erosionando playas y tierras húmedas de la Bahía de Chesapeake, que se extiende en su mayor parte a lo largo de la costa del Estado de Maryland, en EE.UU. En la costa este del mismo, el Refugio Nacional para la Vida Salvaje ha perdido un tercio de sus 8100 hectáreas y la salinización del suelo por avance del mar, ha afectado a granjas de otrora tierras fértiles.
¿Además del calentamiento global, qué actividades del hombre destruyen los mares?
Los océanos actualmente, comienzo del siglo XXI, sufren una grave degradación debido a la contaminación, la pesca excesiva y el desmesurado crecimiento urbano costero.
Lo que sabemos de ellos es inquietante, se están mostrando muestras del derrumbamiento.
• Casi el 80 por ciento de las reservas pesqueras de los océanos experimentan sobre pesca o están siendo extraídas hasta su limite biológico. Las técnicas de arrastre son dañinas y destruyen los habitas para la reproducción (FAO, 2005, Sommer, M., 2005).
• Según un nuevo informe de científicos y economistas de la Universidad de Columbia británica, los subsidios globales a la pesca ascienden entre 30.000 y 34.000 millones de dólares al año. Estas ingentes ayudas han contribuido a producir una flota pesquera mundial que es un 250 por ciento mayor de la que se necesita para una pesca sostenible (Pauly, D., 2008).
• La Unión Europea y Japón son los países que más subsidios para la pesca asignan (Garcia, R. et. al., 2003).
• Las flotas pesqueras son 40 por ciento más grande de lo que los océanos pueden sostener. Los pescados representan por lo menos un quinto de la proteína animal total consumida en la tierra. Cerca del 95 por ciento de la cosecha de peces marinos del mundo viven en las aguas costeras (FAO.org).
• La pesca proporciona en los países en vías de desarrollo entre 40 y 100 por ciento de la proteína animal total que necesita la población (FAO.org).
• La explotación pesquera es de dos a tres veces superior de lo que admite el ritmo de reproducción de los peces (Pauly D. et al., 1998).
• La pesca comercial redujo más de 90 por ciento la población mundial de peces grandes, lo que pone en peligro una fuente vital de proteínas (Waston R. & Pauly D., (2001).
• La pesca de especies de poco valor ha aumentado a medida que la extracción de especies de alto valor se ha estabilizado o ha disminuido, ocultando así algunos de los efectos de la sobre pesca.
• Mil millones de personas dependen del pescado como fuente de proteína animal, y 150 millones de empleos se originan en la pesca (FAO, 2005).
• La alteración de los habitas es consecuencia de actividades como el dragado, los vertederos, los vertidos incontrolados en la costa, las construcciones y carreteras costeras, la deforestación o los daños provocados por el turismo de masas. Por ejemplo, a pesar de que los arrecifes de coral cubren menos del 0.5% del lecho marino, el 90% de las especies marinas depende directa o indirectamente de ellos. Los arrecifes también protegen a la población que vive en la costa actuando como elemento protector (Jackson, J.B.C., 1997).
• El 60% de los arrecifes actuales corre el peligro de desaparecer en los próximos 30 años si no se adoptan medidas. En particular, el 85% de las costas europeas se encuentran en peligro debido al desarrollo de las infraestructuras y de las edificaciones así como por motivo de causas naturales (http://www.coral.org/divein).
• Cerca de 150 ballenas, delfines y marsopas mueren diariamente en todo el mundo a causa de los enredos con los aparejos de pesca, un promedio anual de 54.759 animales.
• Los océanos Atlántico, Pacífico e Índico se están calentando lentamente con un promedio de 0,06 grados centígrado desde 1955 debido al efecto de invernadero. Este cambio climático podría dar lugar a un elevamiento de los niveles del mar, los cuales podrían llegar a fines de siglo entre 9 y 95 centímetros (Parmesan, C. & Yohe, G., 2003, Thomas, C. D., et al., 2004).
• Aproximadamente la mitad de los ecosistemas costeros del mundo (por ej. arrecifes coralinos incluyendo, los manglares, y los pastizales, etc.) se encuentran actualmente en riesgo de ser totalmente degradados. Algunos corales de mares profundos frente a la costa de Hawai necesitaran hasta 4 mil años para alcanzar su tamaño actual (http://www.coral.org/divein).
• Los océanos se están volviendo cada vez más ácidos al absorber dióxido de carbono y las plantas están siendo afectadas por el incremento de la radiación ultravioleta (Buddemeier R. et al., 2004).
• La marina mercante es responsable del 4,5 de las emisiones totales de dióxido de carbón, tres más de lo que hasta ahora se pensaba.
• El tráfico de barcos es la tercera mayor causa de la contaminación marina. Un estudio elaborado por la ONU concluye que las emisiones de C02 de la flota mercante mundial alcanzan los 1.120 millones de toneladas anuales y las previsiones no parecen halagüeñas: estas emisiones aumentarán un 30 por ciento de aquí al año 2020 si no se actúa (UNEP/UNFCCC, 2002).
• Se estima que más de 70 mil productos químicos sintéticos han sido descargados en los océanos del mundo. Solo un pequeño porcentaje de ellos ha sido monitoreado, y este corresponde a aquellos relacionados con la salud humana y no con el impacto ecológico.
• El 80% de la contaminación marina por hidrocarburos proviene de actividades realizadas en tierra.
• El explosivo aumento de algas dañinas por ejemplo en las costas de USA ha implicado, desde 1991 costos cerca de 300 millones de dólares en perdidas debido a la muerte masiva de peces, problemas de salud pública y disminución del turismo.
• Actualmente hay más de 405 zonas muertas (extensión inferior a 1 kilómetro cuadrado y otras alcanzan 70.000 kilómetros cuadrados) en el mundo por el aumento de la contaminación proveniente de tierra adentro y la perdida de habitas capaces de filtrar la polución lo que a provocado la expansión de zonas hipoxias (Diaz R.J. & Rosenberg R., 2008).
• El aumento de especies foráneas en las zonas costeras, produce la interrupción de la cadena alimenticia al eliminar a las especies nativas. Diariamente, 3.000 especies de plantas y animales son transportados en los tanques de lastre de los buques.
• Los océanos del mundo albergan más de 210 mil formas conocidas de vida. Alrededor del 60 por ciento de las especies viven en la franja de 60 km. más próxima a la costa.
• Cada año se hallan casi 160 nuevas especies de peces en los océanos y se catalogan 1.700 animales y plantas.
• La mitad de los 6,3 mil millones de habitantes del planeta viven en zonas costeras, las grandes profundidades de los mares que cubren el 70 por ciento del globo- siguen siendo desconocidas.
• El calentamiento global del planeta tendrá efectos catastróficos sobre los océanos, enlentizando su función reguladora de la temperatura. Según el Panel Internacional sobre Cambio Climático (PICC), la frecuencia e intensidad de las tormentas y otros fenómenos meteorológicos aumentará, dañando los ecosistemas marinos y su capacidad de recuperación (Gilman et al., 2006).
• Desde 1980, el tamaño de la economía global se ha triplicado, al tiempo que la población ha aumentado en un 30 por ciento hasta alcanzar 6.000 millones de personas. El aumento de la población y la conversión para los fines de la urbanización, agricultura y acuicultura están conduciendo a la reducción de manglares, humedales costeros, áreas de praderas marinas y arrecifes de coral a una tasa alarmante.
¿Por qué al hombre común le debería importar que no se deterioren los océanos? ¿En qué perjudica al hombre?
Ente los grandes desafíos del siglo XXI la sociedad tiene que aprender que los Océanos son fuente de vida como también puede serlo de la muerte. Los océanos deben, por tanto, ser apreciado y protegidos; y si se relegan al olvido las necesidades ecólogicas de los ecosistemas oceánicos; el estado del medio marino se convertirá en impedimento del desarrollo sostenible en lugar de un recurso para el mismo.
Hace sólo 50 años el Océano era todavía en gran parte un espacio natural virgen. Hoy día, sin embargo, la sobre pesca y la contaminación son una amenaza para su salud, en particular las zonas costeras, que son las más productivas del medio marino.
Catorce años después de entrar la Ley para los Océanos (Convención de las Naciones Unidas, 1994), se hace evidente y notoria, la ruptura del dialogo del hombre con los océanos. La brecha cada vez mayor e insostenible entre riqueza y la pobreza amenaza la estabilidad de la sociedad en su conjunto y en consecuencia el ecosistema de los océanos, el estado de los océanos continúa empeorando en proporciones alarmantes. Los compromisos nacionales e internacionales se quedan en declaraciones de intenciones y buena voluntad.
La Convención es uno de los instrumentos jurídicos más importantes del siglo XX. Concebida como un todo, reconociendo que todos los problemas del espacio océano están estrechamente relacionados entre sí y deben ser considerados conjuntamente, establece que los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo más allá de los límites de la jurisdicción nacional son patrimonio común de la humanidad que todos tienen derecho a utilizarlos y obligación de protegerlos. Prevé la solución obligatoria de controversias, establece el marco jurídico global para todas las actividades que se llevan a cabo en los océanos y los mares y contiene normas detalladas que regulan todos los usos de los océanos y definen los derechos y responsabilidades de los Estados.
Los océanos que cubren dos terceras partes de la superficie de la tierra, contienen las nueve décimas partes de los recursos de agua y el 90 por ciento de la biomasa viviente del mundo y son fuente primaria de alimento para más de tres mil millones y medio de personas. Además son un recurso económico vital que proporciona sus medios de vida a millones de personas en todo el mundo.
Aproximadamente el 90 por ciento del comercio internacional se transporta por mar. Más del 29 por ciento de la producción mundial del petróleo viene de los océanos. El turismo de playa y los cruceros son una importante fuente de ingresos para muchos países, especialmente los pequeños Estados insulares en desarrollo. Cada año se capturan en todo el mundo casi 130 millones de toneladas de pescado, con un valor aproximado de 60 mil millones de dólares, y el sector pesquero y la acuicultura por si solos dan trabajo a 150 millones de personas.
Además los océanos a través de sus interacciones con la atmósfera, litosfera y la biosfera, juegan un papel relevante en la conformación de las condiciones que hacen posible las distintas formas de vida del planeta. De hecho, sin los océanos la vida no existiría en nuestro planeta.
El mundo debería replantearse la manera en que se está midiendo el crecimiento económico. Durante mucho tiempo las prioridades de desarrollo se han centrado en lo que la humanidad puede extraer de los ecosistemas, sin pensar demasiado sobre como afecta esto la base biológica de nuestras vidas. Se puede decir que ha habido un progreso muy limitado en la reducción de la pobreza en los países en desarrollo, y la Globalización, por si misma, no ha beneficiado a la mayoría de la población mundial. En general, los intentos por impulsar el desarrollo humano y para detener la degradación del medio oceánico, no han sido eficaces durante la pasada década. Los escasos recursos, la falta de voluntad política, un acercamiento no coordinado, y los continuos modelos derrochadores de producción y de consumo han frustrado los esfuerzos de poner en ejecución el desarrollo oceánico sostenible, o el desarrollo equilibrado entre las necesidades económicas y sociales de la población, y la capacidad de los recursos oceánicos y de los ecosistemas para resolver necesidades presentes y futuras.
La responsabilidad de proteger los océanos recae no sólo sobre los políticos quienes definen las condiciones nacionales e internacionales de protección de los ecosistemas, sino también es tarea de cada individuo. La exigencia a los políticos para que tomen medidas más efectivas frente a esta problemática debe de estar acompañada del compromiso de cada uno de nosotros por actuar en una forma más responsable en la promoción de la defensa de las metas por la protección de los océanos.
¿Qué soluciones posibles hay para cuidar los océanos?
A principios del siglo XXI es ya evidente que la sociedad detecta y expresa claramente la necesidad de cambio, desde un desarrollo ligado al crecimiento de los años setenta y ochenta hacia un nuevo modelo de desarrollo, un desarrollo verdaderamente sostenible marino en el siglo XXI. Pero, ¿qué entendemos por desarrollo sostenible? Según estableció la Comisión Brundtland en 1987, «es aquel que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las capacidades de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades». Para avanzar en esta dirección, tenemos que conjugar de forma idónea los tres ejes principales del desarrollo sostenible: el medio ambiente, la cultura y la economía dentro de la sociedad (Jiménez Herrero, 2000).
Para conseguir esta síntesis, tenemos que tomar conciencia de la necesidad de datos fiables que nos permitan disponer de unos cimientos sólidos en cada uno de los ejes que sustentan el desarrollo sostenible marino. También hay que conocer y aceptar el nuevo papel de la ciencia Oceanología en la sociedad del siglo XXI que nos permite establecer y situar dentro de unos límites tanto el «Estado del Sistema Marino» como las presiones sobre el mismo (naturales o antropogénicas).
Estos planteamientos iniciales, junto con unas prioridades políticas claras, bien establecidas y, siempre que sea posible, consensuadas, nos permitirán llegar a un punto medio en estos tres ejes.
La ciencia Oceanología ha avanzado mucho en los últimos años y que este avance se puede y se debe traducir en una mejora de los sistemas de gestión ambiental marinos. Una de las pruebas más evidentes es que, con los conocimientos actuales, un gran número de actuaciones del pasado serían ahora distintas. Conviene recordar que nos referimos a múltiples actuaciones con costes de ejecución importantes y costes de reparación medioambiental igualmente cuantiosos, pues como ya hemos indicado, estamos constatando ahora las primeras relaciones directas entre desequilibrios ambientales marinos y repercusiones económicas.
Resumiendo es imprescindible considerar el medio ambiente marino como un tema estratégico para el futuro de la humanidad. Reflexionemos sobre cómo era este planeta hace dos generaciones y cómo será dentro de otras dos. ¿Qué estamos legando a las generaciones futuras? Es ya imprescindible tomar conciencia de la importancia y la necesidad ineludible de considerar el medio ambiente marino y los recursos naturales como un tema estratégico, un tema de Estado por encima de consideraciones políticas. Y hay, efectivamente, espacio para todos. Empleando una de esas divisiones cómodas de la sociedad: los políticos y las distintas administraciones, y exigiendo responsabilidades cuando sea necesario; los científicos, ejecutando una investigación de calidad internacional y proporcionando, siempre que sea posible, respuestas a los requerimientos de la administración, pero siempre, también, desde planteamientos éticos centrados en mejorar el bienestar de las generaciones actuales y futuras (estos principios deben mantenerse tanto en los planteamientos teóricos como en la práctica); finalmente, la sociedad civil, ejerciendo cada día con mayor fuerza y profesionalidad una presión democrática para que todos podamos vivir en un medio ambiente realmente sostenible.

Fuente: Dr. Marcos Sommer - Oceanógrafos Sin Fronteras (2010).
http://www.oceanografossinfronteras.org

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Más información:
Oceanógrafos Sin Fronteras.
http://www.oceanografossinfronteras.org
Cambio Climático
www.unfccc.int
Overfishing Scorecard - The Ocean Conservancy
http://www.oceanconservancy.org/(...)
Office of Sustainable Fisheries: NOAA
http://www.nmfs.noaa.gov/sfa/sfweb/
WWF: Sustainable Fisheries
http://www.panda.org/(...)
The Starving Ocean
http://www.fisherycrisis.com/
Guide to Ocean Friendly Seafood - The Blue Ocean Institute
http://www.blueocean.org/
Oceans Alive - Eat Smart
http://www.oceansalive.org/eat.cfm
The Empty Ocean: Plundering the World's Marine Life
http://www.amazon.com/exec/obidos/ASIN/1559639741/marinebioorg

lunes, 21 de septiembre de 2009

Pesca Pirata.


Unión Europea (UE) cerrará sus puertos a la pesca ilegal en enero del 2010

La nueva regulación europea contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, que entrará en vigor el 1 de enero del 2010, "cerrará" los puertos de los estados miembros a la pesca ilegal, ya que sólo permitirá la entrada de buques que certifiquen que su mercancía ha sido obtenida legalmente.
Así lo ha asegurado el director general de Política de la Dirección General MARE de la Unión Europea (UE), Cesar Debén, quien ha expresado que este planteamiento "cambia completamente" la base jurídica que hasta ahora regulaba la entrada a puertos europeos, que establecía que, en principio, cualquier buque tenía acceso a ellos, salvo que hubiera una causa "justificada y demostrada", según informó www.agrocope.com.
La claves de esta nueva regulación es que, si un país tercero no cumple la legislación sobre pesca ilegal, este podrá ser incluido por la UE en la "lista de países no cooperantes", lo que impedirá que sus barcos puedan entrar a puertos europeos, y sus mercancías, al mercado comunitario.
Ha dicho que, aunque el sistema de sanciones que se establecerá con la nueva normativa será "muy duro", la UE lo compensará con un "programa de apoyo" a los países cooperantes para que puedan adaptarse a la legislación.
En este sentido, ha asegurado que las ayudas europeas han posibilitado que 64 países, cuyas importaciones a la UE representan el 84% del total, ya hayan completado este proceso. Además, ha detallado que la UE ha firmado protocolos de acuerdo con los ocho principales exportadores al mercado europeo para que incluyan el sistema de certificación comunitaria en su legislación, lo que permitirá saber "automáticamente" que la mercancía procedente de estos estados "ya cumple las normas".
"Debemos planificar hoy la preservación y el uso sustentable y equitativo de los recursos marinos en áreas que caen fuera de la jurisdicción nacional". "El ritmo actual de los alcances tecnológicos hacen que al momento de llegar a conocer el valor de un recurso pesquero; este pueda ya haberse extinguido". "En la actualidad, el 40 por ciento de la pesca mundial se realiza en alta mar a grandes profundidades".

Más información:
Mares y oceanos esquilmados. Por Dr. Marcos Sommer

jueves, 25 de junio de 2009

Tiburones: extinción programada!

- Especies de tiburones que abundaban hace 20 años hoy prácticamente han desaparecido casi por completo y el culpable, ya sea pescador, contaminador, consumidor o coleccionista de trofeos.......es el HOMBRE.
- El primer estudio que determina el estado de conservación de 64 especies de tiburones oceánicos (pelágicos) y rayas revela que el 32 por ciento está amenazado de extinción, principalmente debido a la sobrepesca, de acuerdo con el Grupo de Especialistas en Tiburones de la UICN (Reporte: 06.2009).
- El porcentaje de tiburones oceánicos amenazados de extinción es mayor para aquellos que son capturados en pesquerías en alta mar (52 por ciento), más que para el resto del grupo.
Depredador y regulador ecológico del mar que ha sobrevivido como especie por mas de 400 millones de años.

Actualmente se matan entre 150 a 200 millones de tiburones por año. Con la perdida de la diversidad aumenta la uniformidad, la dependencia de unas pocas variedades de plantas y animales para alimentarnos y sobre todo crece la vulnerabilidad ante las plagas y las enfermedades.

Algunas de sus características biológicas que llaman la atención es que este animal es prácticamente impermeable a las infecciones (capacidad de autodefensa), al cáncer y padecimientos circulatorios.
Es enorme la demanda en Asia de una sopa hecha a base de la aleta del escualo, lo cual ha generado un comercio a nivel mundial del pez, actualmente se esta pescando tan despiadamente que algunas especies de tiburón han sido reducidos increíblemente en un 90 por ciento.
Si se destruye al rapaz depredador que ocupa la cúspide en el océano, interrumpimos entonces el equilibrio entero de la cadena de alimentación en ese sector. El equilibrio de la naturaleza se destruye, y entonces, el equilibrio ecológico de principio a fin, es arruinado.

Los océanos, que contienen el 90 por ciento de la biomasa viviente del mundo y son fuente primaria de alimento para mas de tres mil millones y medio de personas, actualmente sufre una grave degradación.

Los tiburones están despareciendo en todo el mundo mas rápido de lo que la gente cree, con muchas especies en peligro otras prácticamente extintas, debido a tres factores relacionados con el hombre y sus actividades:

· La sobrepesca por la comercialización de sus aletas.
· La destrucción de su hábitat.
· La sobrepesca accidental, por ejemplo junto con la pesca del atún etc.

Descarga la totalidad del artículo: Tiburones extinción programada. Por el Dr. Marcos Sommer. Oceanógrafos Sin Fronteras.
http://www.oceanografossinfronteras.org/index.php?option=com_content&task=category&sectionid=63&id=225&Itemid=408

Oceanógrafos Sin Fronteras, hace un llamado a los gobiernos a establecer límites en las capturas de tiburones y rayas, de acuerdo con estudios científicos y el principio de precaución. Adicionalmente, pide a los gobiernos proteger totalmente a las especies categorizadas como En Peligro Crítico y En Peligro, asegurar el fin del aleteo y mejorar el monitoreo de pesquerías que atrapan tiburones y rayas. Sugiere que los gobiernos deberían invertir en investigación de tiburones y rayas y en evaluaciones de sus poblaciones, así como en minimizar la captura incidental de estas especies, emplear los tratados de vida silvestre para complementar el manejo de pesquerías y facilitar la cooperación entre países para conservar poblaciones compartidas.

miércoles, 1 de abril de 2009

Plástico contaminación de los Océanos.



Denominada basura marina, constituye uno de los más graves problemas de contaminación de nuestros océanos y lo peor de todo es que es imparable. Más del 60% de la basura que llega son plásticos. Ya en el año 2005 el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente), puntualizaba que por kilómetro cuadrado se encontraban unas 13.000 partículas plásticas, bien flotando, bien en el fondo del mar.

La primera víctima de los depósitos plásticos en el mar es la vida animal. Se calcula que 267 especies, principalmente pájaros y mamíferos marinos se comen los residuos plásticos o llevan el alimento a sus crías. Hace seis años, una ballena blanca fue hallada muerta en las costas de Normandía, Francia, con 800 kilos de desechos plásticos en el estómago. En regiones como California es muy común encontrar tortugas, leones marinos y focas muertos por la ingesta de plásticos. El atolón de Midway, cercano a Hawai, es el símbolo máximo de la tragedia que causa el plástico en los mares.

Por capricho de las corrientes marinas, el atolón recibe diariamente todo el plástico proveniente del Japón y de la costa oeste de Estados Unidos. La basura de Midway provoca la muerte de la mitad de los 500 mil albatros que nacen en el atolón y que confunden el plástico con comida.

El plástico del tipo de PVC, empleado en botellas, juguetes y una infinidad de artefactos domésticos puede contener compuestos de estaño, que resulta altamente tóxico para moluscos y peces. Esas sustancias, que llegan al mar por las lluvias que se han originado en rellenos sanitarios, causan alteraciones hormonales que modifican el sistema reproductivo y disminuyen la tasa de fertilidad de los animales.

El plástico hallado en los océanos no es solo aquel que va quedando en las playas, como vasos y recipientes de bebidas. Una de las principales amenazas proviene de piezas casi invisibles, los llamados “pellets”, bolitas con medio centímetro de diámetro utilizados como materia prima en las industrias. El mundo produce actualmente 230 millones de toneladas de productos plásticos por año, contra cinco millones en la década de los 50.
El mundo produce 10.000 millones de toneladas al año de residuos y no se recoge o trata ni la mitad. El resto queda en el mar, los ríos y en el aire.
La basura va a parar a nuestros mares y océanos. Podemos encontrar plástico, goma, metal, madera y vidrio flotando en nuestros océanos o depositados en nuestras playas. La basura en el mar además de ser peligrosa para los barcos, buceadores y bañistas, pone en peligro la fauna marinos, por lo tanto, a la población humana.

Cada hora se vierten al mar unos 675.000 kilos de basura o cerca de 6 millones de toneladas al año, de las cuales, un 50% son plásticos. Estas basuras matan cada año a unos 100.000 mamíferos y tortugas marinas. De hecho, en los océanos llegan a encontrarse concentraciones de hasta ocho millones de fragmentos plásticos por kilómetro cuadrado flotando en los mares, y se considera que estos sólo representan un 10%-15% de los que existen en los fondos y costas.

Los “pellets” llegan a los océanos por medio de los barcos que los utilizan para limpiar sus tanques. Esas bolitas tienen una gran capacidad de absorción de contaminantes. Sólo una de ellas puede concentrar un millón de veces más contaminantes que el agua donde se depositan, envenenando la vida marina.

Recientemente investigadores de Estados Unidos, Inglaterra y Canadá realizaron un mapa del impacto de la acción humana sobre los mares. De acuerdo al estudio, apenas cuatro por ciento de las regiones oceánicas en el mundo –localizado en los polos– ha sido inmune al destrozo de los hombres. Y nada menos que 40 por ciento de las regiones registran interferencia humana de alta o mediana intensidad.

miércoles, 21 de enero de 2009

Fertilización Insostenible Oceánica


  • El vertido de hierro permitido por el Gobierno alemán el 27 de enero del 2009, es un abierto desafío al Convenio sobre Diversidad Biológica de Naciones Unidas y a la moratoria internacional sobre la fertilización oceánica.

  • En 2008, tanto el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) como el convenio de Londres de la Organización Marítima Internacional —tratado que regula el vertido de sustancias o desechos al mar— establecieron una moratoria global sobre las actividades de fertilización oceánica debido a los riesgos ecológicos para los océanos y el clima, invocado para justificar tal decisión, al “principio de precaución”, un difundido concepto que respalda la adopción de medidas protectoras cuando no existe certeza científica de las consecuencias para el medio ambiente de una acción determinada. (COP 9 Decision IX/16. Bonn, 19 - 30 May 2008) (1).

  • El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) considera que la fertilización con hierro, como estrategia para mitigar el cambio climático, no es más que especulativa.

  • Un grupo científico implicado en el programa SOLAS (Surface Ocean-Lower Atmosphere Study) ha destacado en unas declaraciones pasadas que “la fertilización oceánica no dará resultados y será potencialmente nociva, y no debería ser utilizada como estrategia para compensar las emisiones de CO2”.

  • Miras al aprovechamiento comercial de la técnica ("geoingeniería o ingenieria planetaria") en el mercado de los créditos de carbono, la aplicación extendida de esta práctica de fertilización, permitiría secuestrar grandes cantidades de CO2 atmosférico, que serían “compradas” por países o empresas, en “compensación” por el exceso de CO2 que generan a través de sus propias actividades industriales.

  • El mercado para los créditos del carbón requiere de la documentación científica de cuánto carbón es secuestrado en el agua y cuánto tiempo permanecería allí?

  • La forma en que se habría decidido concretar el experimento LOHAFEX tiene implicancias políticas internacionales serias.

  • El proyecto LOHAFEX, afecta la credibilidad de Alemania y su papel pionero en la protección de la diversidad biológica.

  • La fertilización es una técnica en sí misma insostenible porque puede provocar modificaciones permanentes y, en gran medida, imprevisibles sobre los ecosistemas marinos.

El fitoplancton (0) no sólo representa la base de la alimentación de la vida marina, sino que también desempeña un papel clave en la fijación o absorción del dióxido de carbono (gas de efecto invernadero) presente en la atmósfera. Los océanos respiran mil millones de toneladas de dióxido de carbono en y hacia fuera cada año. Si el hierro induce la proliferación de las algas y éstas absorben más dióxido de carbono, la fertilización del agua sería una forma de lucha contra el calentamiento global. El problema es que un aumento antinatural afectaría todo el ecosistema de la región donde se arroje el polvo de hierro. Y eso podría crear un efecto dominó insostenible en la biodiversidad de las regiones aledañas.

Aproximadamente una quinta parte de los océanos del mundo se puede clasificar como regiones oceánicas con mucho nitrato y poca clorofila (HNLC). En estas áreas, la escasez de hierro parece limitar la producción primaria, pese a existir cantidades suficientes de nitratos, fosfatos y silicatos. En varios experimentos llevados a cabo en diferentes océanos del planeta entre 1993 y la actualidad se ha demostrado la capacidad del hierro añadido para estimular el crecimiento de algas. Estos descubrimientos experimentales han conducido al debate sobre la viabilidad de proyectos de geoingeniería a gran escala, en los que el incremento de la productividad primaria se utiliza para absorber dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y transportarlo a las profundidades oceánicas, mitigando así algunos de los efectos del cambio climático.

La estimulación a gran escala de la producción primaria podría conducir a:
  • un aumento de la producción de metano y óxido de nitrógeno, ambos potentes gases de efecto invernadero
  • un aumento de la producción de dimetil sulfuro (DMS) que dé como resultado un aumento de la nubosidad
  • un aumento de la producción de haluros de metilo por parte de las algas que podría contribuir a la disminución del ozono estratosférico
  • la descomposición de algas muertas, que desoxigenaría la columna de agua de los ecosistemas afectados
  • un periodo continuado de fertilización con hierro podría inducir un cambio de régimen ecológico a largo plazo, hecho que quizás resultaría irreversible
  • un impacto a gran escala sobre los ecosistemas marinos por la fertilización oceánica con macro-nutrientes
El RV Polarstern, un buque alemán de investigación, propiedad del Instituto Alfred Weneger para la Investigación Marina de Postdam, Alemania, con 48 científicos a bordo inicio fines de enero del 2009, un experimento en gran escala de geoingeniería, llamado Lohafex” (LOHA es la palabra hindú para el hierro y FEX signífica, fertilización experimental), se enmarca en un acuerdo de colaboración entre instituciones científicas de la India, Europa y Chile (National Institute of Oceanography (NIO) Goa des Council of Scientific y Industrial Research, Indien, y el Alfred-Wegener-Institut für Polar- y Meeresforschung, Forschungszentrum der Helmholtz-Gemeinschaft), firmado el 30 de octubre de 2007 en Nueva Delhi.

Ante los intentos de hacer experimentos descontrolados de este tipo, dos tratados internacionales -el Convenio de Londres y la Convención sobre la Diversidad Biológica- pidieron en 2008 más investigación sobre los procesos implicados (COP 9 Decision IX/16. 2008).
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) considera que la fertilización con hierro, como estrategia para mitigar el cambio climático, no es más que especulativa.
Un grupo científico implicado en el programa SOLAS (Surface Ocean-Lower Atmosphere Study) ha destacado en unas declaraciones pasadas que “la fertilización oceánica no dará resultados y será potencialmente nociva, y no debería ser utilizada como estrategia para compensar las emisiones de CO2”.

Este proyecto“Lohafex” es el sexto estudio de fertilización del océano realizado en el océano austral desde 1993. Inevitablemente, el Océano Antártico ocupa un puesto relevante en el debate sobre la fertilización con hierro debido a su condición de tener mucho nitrato y poca clorofila (HNLC), su excedente de nutrientes “desaprovechados” y su papel como enlace entre la atmósfera y las profundidades marinas.
Además, hay indicios de que la disponibilidad de hierro en el pasado geológico puede haber influido en el CO2 durante los ciclos glaciales. Por lo tanto, se han imitado estas condiciones para evaluar el potencial de la fijación de CO2 y del traslado de carbono a los fondos marinos que se podría lograr con una fertilización con hierro a gran escala en el océano Antártico (9).

Los investigadores de LOHAFEX planean esparcir seis toneladas de sulfato de hierro (en informaciones anteriores, habían dicho que serían 20 toneladas) (2) sobre 300 kilómetros cuadrados en el océano abierto en el Mar de Scotia, cerca de Antártica.
El equipo busca provocar un florecimiento masivo de plancton que pueda percibirse desde el espacio exterior. La expectativa es que al “fertilizar” el océano con hierro ocurra una enorme captura de carbono, lo cual demuestre que esta técnica “geoingeniería”, es una solución veloz para el cambio climático, pero con ella se están incumpliendo con los términos de la moratoria del CDB. (3) .

El periódico Märkische Allgemeine publicó extractos de una carta enviada por el ministro Medioambiente, Sigmar Gabriel a su colega, la Ministra de Investigación Annette Schavan. En la carta, Gabriel pide a Schavan asegurarse de que el proyecto “se detenga inmediatamente” (4) . La operación “afecta la credibilidad de Alemania y su papel pionero en la protección de la diversidad biológica”. Sigmar Gabriel personalmente negoció la moratoria sobre fertilización del océano durante la reunión del CDB el año pasado en Bonn. Gabriel es actualmente Presidente del Buró que vigila el Convenio de Diversidad Biológica.

En mayo de 2008, el ministro alemán del ambiente, Sigmar Gabriel negoció el texto final de la moratoria, en su calidad de presidente de las negociaciones globales. Las partes del Convenio —incluyendo Sudáfrica, India y Alemania— acordaron que no se realizarían actividades de fertilización oceánica hasta que hubiera “fundamentos científicos adecuados sobre los cales justificar esas actividades, incluyendo una evaluación de los riesgos asociados”, y “un control global, trasparente y efectivo así como un mecanismo regulatorio para esas actividades.” Hasta la fecha, no existe tal mecanismo. El ministro del ambiente de Alemania ha elogiado la moratoria de facto, agregando: “Es muy extraño pensar que la tecnología puede resolverlo todo. Es riesgoso y demuestra lo que los humanos estamos dispuestos a hacer. Me congratulo de que logramos una moratoria de facto.”

Aunque la moratoria del CBD sí menciona que pudieran realizarse “experimentos en pequeña escala, dentro de las aguas costeras”, Lohafex se propone en altamar. Más aún, las partes del Convenio de Londres y del Protocolo que lo enmienda en 1996, organismos internacionales que trabajan para evitar el vertido de sustancias y desechos en los océanos, fortalecieron recientemente la moratoria al adoptar una resolución que prohíbe todas las actividades de fertilización oceánica, en la escala que sean, hasta que se establezcan una serie de reglas específicas. La primera reunión para el establecimiento de esas reglas ocurrirá en febrero de 2009.

Hoy 28.01.2009 la Ministra de Investigación Annette Schavan autorizo la fertilización de los 300 km2 con hierro!

La idea, como muchas otras de geoingeniería, ha sido criticada por científicos y ecologistas por los peligros de sus consecuencias, al menos si el experimento es a gran escala. Así, los científicos temen que dichas operaciones puedan cambiar la composición de los océanos, incrementar la acidez o generar “zonas muertas” con situaciones de hipoxia o anoxia (escasez o ausencia de oxígeno) debido a una excesiva proliferación de estas algas microscópicas. Algo que podría incluso provocar liberación de otro gas de efecto invernadero, el óxido nitroso.

La fertilización del océano podría generar cambios en la estructura de la biodiversidad y los ecosistemas marinos, y podría tener otros efectos no deseados. Aunque los experimentos controlados de fertilización con hierro arrojaron un incremento en el crecimiento del fitoplancton y una reducción temporal del C02 atmosférico, no queda claro si esto podría aumentar la transferencia de gas a las profundidades oceánicas a largo plazo.


Ciclo del carbón (Foto: University of Portsmouth).
El plancton es una esponja natural para el dióxido de carbono. Ocurre naturalmente en el océano y su crecimiento es estimulado por el hierro que utiliza para fotosíntetizar y para crecer. Cuando muere el plancton se hunde en el fondo de los océano y de esa manera se atrapa algo del carbón que ha absorbido de la atmósfera.


Algunas primeras pruebas relativamente rudimentarias y sumamente optimistas indican que, tras un siglo de fertilización oceánica, se podría conseguir una reducción de aproximadamente 50ppm (25-75ppm) de los niveles atmosféricos de CO2. Para ello se necesitaría utilizar anualmente, medio millón de toneladas de hierro, 2700 embarcaciones o 600 aviones, lo que reduciría 0,5Gt de CO2 (9).

Un estudio científico "Southern Ocean deep-water carbon export enhanced by natural iron fertilization." (5), publicado en el 2008 en la revista Nature, revelaba los resultados de un extenso programa llevado a cabo alrededor de las islas Kerguelen del océano Índico, ha puesto de relieve que es imposible imitar el proceso natural de fertilización por hierro de los océanos y controlar sus efectos secundarios en todos los organismos marinos. La fertilización artificial de los océanos con hierro, para que aumente la cantidad de fitoplancton y que los océanos puedan procesar así mayor cantidad de dióxido de carbono atmosférico para reducir la contaminación, es una de las propuestas de la geoingeniería para reducir el impacto ambiental de las actividades humanas que se derrumba con este descubrimiento.

El fitoplancton, conjunto de organismos acuáticos con capacidad fotosintética que viven dispersos en el agua, precisa de una serie de nutrientes y también de hierro para desarrollarse. El aumento de su presencia en el océano aumenta también la cantidad de dióxido de carbono almacenado por éstos y puede reducir por tanto la contaminación atmosférica. Por esta razón, algunas sociedades de geoingienería climática han propuesto remediar el aumento de CO2 atmosférico por medio de la manipulación de la bomba biológica, añadiendo de manera artificial cantidades de hierro al mar. Supuestamente, la cantidad aumentada de fitoplancton que se derivaría de este añadido supondría una reducción del dióxido de carbono presente en la atmósfera, lo que a su vez reduciría la contaminación provocada por la actividad humana.

En el clima global juega un papel clave el intercambio de gases entre el océano y la atmósfera, sobre todo del dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero. El carbono se presenta en el mar en tres formas diferentes: dióxido de carbono soluble (CO2), como hidrógeno de carbono (HCO3), y como carbono (CO3). Debido a que una parte de CO2 en el agua se trasforma en HCO3 y CO3, el mar es capaz de almacenar dióxido de carbono mejor que la atmósfera. Sin embargo, la investigación publicada en Nature, llevada a cabo en las Islas Kerguelen, puso de manifiesto que el proceso natural de aumento del hierro en la superficie oceánica es inimitable de manera artificial por su ritmo natural (continuo y lento) y porque resultaría imposible predecir los efectos secundarios en los recursos marinos de la adición del hierro a los océanos.
La constatación con esta investigación de que, por tanto, la fertilización artificial con hierro no sería igual al aporte natural de este elemento en los océanos, según publica el CNRS de Francia(6), tira por tierra una solución para la contaminación del planeta : el hierro añadido por la mano del hombre no nos ayudaría a limpiar la atmósfera.

Actualmente, y sin ayuda, los océanos absorben ya un tercio del dióxido de carbono que emiten las industrias y demás fuentes humanas contaminantes a la atmósfera. Se había pensado que, al igual que se han plantado árboles para el procesamiento extra de dióxido de carbono, se podía aumentar la captación de este gas por parte de los océanos gracias a la fertilización del hierro en el agua. Esta fertilización permitiría aumentar la cantidad de microorganismos (fitoplancton) acuáticos que procesan el CO2. Pero, tal como explican los artífices de esta investigación en la revista Nature (5), la fertilización artificial jamás será tan eficaz como el aporte natural de hierro propio de los océanos, lo que acaba con un mito de la geoingeniería climática, (7).

El fitoplancton fija el CO2 durante el proceso de la fotosíntesis, capturándolo en la superficie de los océanos y, cuando los microorganismos mueren, depositan el dióxido de carbono en el fondo del mar.
Diversos estudios anteriores habían demostrado que no sólo los nitratos son nutrientes esenciales para el crecimiento del fitoplancton, sino que también el hierro es importante.
Aún así, el aporte de hierro al mar no es una solución del todo fiable, aseguran los artífices de esta investigación, Stéphane Blain y sus colegas, del Laboratoire d'océanographie et de biogéochimie de Marsella (LOB) perteneciente al Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia.
En el cuadro de la expedición internacional KEOPS , que comenzara a principios de 2005, estos investigadores pasaron cuarenta días a bordo del Marion Dufresne en el Océano Austral, a lo largo de las islas Kerguelen.
En esta zona, cada verano se produce una explosión natural de fitoplancton, originada, según los estudios de los científicos, por un aporte natural de hierro procedente de las profundidades y que es responsable de una floración excepcional.
Los científicos han podido constatar en un escenario natural que la eficacia del hierro en este contexto es mucho mayor que la de los resultados obtenidos con fertilización artificial, porque por cada unidad de hierro de las profundidades, el mar capturaba entre 10 a 100 veces más carbono de lo normal en la zona (8).

La vía biológica de captura del carbono atmosférico, explica, parece ser mucho más sensible a los aportes naturales de hierro en el agua que a la adición artificial de éste, lo que pone en serias dudas la eficacia de las manipulaciones de geoingeniería destinadas a reducir la concentración de gas carbónico atmosférico por fertilización de los océanos con hierro.
Una serie de expediciones al océano Austral entre los años 1993 y 2005 pusieron en evidencia que, en diversas regiones oceánicas, las algas carecen de hierro, pero se multiplicaban con rapidez si se añadían pequeñas cantidades de este elemento.
A pesar de todo, el estudio en el medio natural de las islas Kerguelen ha revelado que el aporte natural de hierro en la zona procedente de las profundidades marinas gracias a diferentes mecanismos de transporte, el consecuente florecimiento del fitoplancton y el posterior hundimiento del carbono a las profundidades, es al menos dos veces más importante que la captura del carbono logrado por medios artificiales, y que se consigue con cantidades de hierro mucho menores.
El resultado muestra por otro lado que el sistema oceánico es mucho más sensible a las adiciones naturales de hierro de lo que se podría predecir de las experiencias artificiales.

En 2007 a dos compañías privadas, Ocean Nourishment Corporation de Australia y Planktos Inc. de Estados Unidos se les impidió que realizaran sus actividades de fertilización oceánica en el Mar Sulu (Filipinas) y cerca de las Islas Galápagos (Ecuador). En la breve historia de esta moratoria global establecida en 2008, Lohafex sería la primera operación de este tipo que abiertamente desafía los acuerdos tomados por la comunidad internacional. La fertilización oceánica es solo una de una serie de propuestas extremas para remediar problemas de calentamiento, a las que nos referimos como geoingeniería, y que intentan ser una respuesta al cambio climático.

La tierra es un solo país y la humanidad sus ciudadanos.

(0) En biología marina y limnología se llama fitoplancton al conjunto de los organismos acuáticos autótrofos del plancton, que tienen capacidad fotosintética y que viven dispersos en el agua. El nombre proviene de los términos griegos (phyton, "planta") y ("plánktos", "vagabundo" o "el que va dando tumbos").

(1) Ver el boletín de prensa de ETC, "Geoingenieros alemanes muestran voluntad de hierro para desafiar moratoria global de la ONU," 9 de enero de 2009. Disponible en línea en http://www.etcgroup.org/es/materiales/publicaciones.html?pub_id=711

(2) Para ver la información donde se hablaba de 20 toneladas, consultar el sitio web del Instituto Nacional de Oceanografía de India en http://www.nio.org/projects/narvekar/narvekar_NWAP2.jsp consultado el 13 de enero de 2009.

(3) El texto completo de la decisión del CDB sobre fertilización del océano puede encontrarse en http://www.cbd.int/decisions/cop9/?m=COP-09&id=11659&lg=0

(4) Disponible en alemán en http://www.maerkischeallgemeine.de/cms/beitrag/11403492/485072/Vorhaben-des-Alfred-Wegener-Instituts-verstoesst-offenbar-gegen.html

(5) Southern Ocean deep-water carbon export enhanced by natural iron fertilization.
Raymond T. Pollard, Ian Salter, Richard J. Sanders, Mike I. Lucas, C. Mark Moore, Rachel A. Mills, Peter J. Statham, John T. Allen, Alex R. Baker, Dorothee C. E. Bakker, Matthew A. Charette, Sophie Fielding, Gary R. Fones, Megan French, Anna E. Hickman8, Ross J. Holland, J. Alan Hughes, Timothy D. Jickells, Richard S. Lampitt, Paul J. Morris, Florence H. Nédélec, Maria Nielsdóttir, Hélène Planquette, Ekaterina E. Popova, Alex J. Poulton, Jane F. Read, Sophie Seeyave, Tania Smith, Mark Stinchcombe, Sarah Taylor, Sandy Thomalla, Hugh J. Venables, Robert Williamson & Mike V. Zubkov
Nature 457, 577-580 (29 January 2009) | doi:10.1038/nature07716; Received 23 October 2008; Accepted 8 December 2008
http://www.nature.com/nature/journal/v457/n7229/full/nature07716.html

(6) Fertiliser les océans : la fin d'une utopie ? http://www2.cnrs.fr/presse/communique/1086.htm

(7) EE.UU. propugna la geoingeniería para frenar el calentamiento global
El debate científico se intensifica a medida que el cambio climático se hace más intenso y peligroso. http://www.tendencias21.net/EE-UU-propugna-la-geoingenieria-para-frenar-el-calentamiento-global_a1056.html

(8) Boyd Philip W. (2007). Biogeochemistry: Iron findings. Nature 446 April 2007. Published online: 25 April 2007 | doi:10.1038/446989a
http://www.nature.com/climate/2007/0706/full/446989a.html

(9) La fertilización oceánica. Greenpeace Internacional. Noviembre de 2007


¿Es el declive del KRILL ANTÁRTICO resultado del calentamiento global o del exterminio de las ballenas?

Prof. Dr. Victor Smetacek
Instituto Alfred Weneger Alemania

Tras la práctica extinción de los stocks de grandes ballenas en torno a la Antártida hacia mediados de los años sesenta, se esperaba que la biomasa de krill aumentara a causa del descenso de la presión de predación. Sin embargo, parece que ha ocurrido lo contrario: los stocks de krill se han reducido en un 80%durante las tres décadas pasadas, una caída que ha ido acompañada de un incremento simultáneo en la biomasa de salpas. Una explicación de dicho declive es que una zona de hielo marino situada junto al extremo de la Península Antártica, y considerada crucial para el crecimiento de la población de krill, ha retrocedido como consecuencia del calentamiento global. Si esta explicación resulta acertada, la disminución habría ocurrido igualmente, y las poblaciones de ballenas, de no haber sido explotadas, sufrirían ahora una grave hambruna.
En este estudio se proporciona una hipótesis alternativa basada en la ecología evolutiva. Según esta perspectiva, la excepcional «cadena trófica de los gigantes» se mantenía gracias al condicionamiento ambiental impuesto por las ballenas, que mediante su actividad alimentaria lograban que el elemento limitante de la producción biológica, el hierro, se reciclara en la capa superficial en un grado mayor que sin dicha actividad. Dado que las ballenas comían proteínas, pero acumulaban lípidos, secuestraban energía, y es muy posible que reciclaran elementos esenciales, en concreto hierro, que devolvían al ecosistema para que el fitoplancton pudiera fijar más energía. Tal «mecanismo de fertilización» realizado por las ballenas habría aumentado la extensión espacial de la región productiva. En su ausencia, la productividad basada en el hierro reciclado habría bajado, el área productiva se habría reducido y las salpas se habrían instalado en la zona, lo que coincide con las tendencias observadas. La tendencia actual requiere acciones urgentes si queremos asegurar la recuperación de las poblaciones de ballenas antárticas, que siguen al borde de la extinción.

La hipótesis del reciclaje de hierro que se presenta en este artículo puede verificarse mediante experimentos de fertilización con hierro a largo plazo y a gran escala llevados a cabo en el Atlántico suroccidental, donde anteriormente se localizaba la mayor parte de la población de krill. Aparte de ampliar nuestra comprensión del funcionamiento del ecosistema pelágico, una ventaja adicional de dichos experimentos sería comprobar la viabilidad de una fertilización con hierro a gran escala para secuestrar cantidades significativas de CO2 atmosférico. Bajar documento. http://www.grupobbva.com/TLFU/dat/02%20SMETACEK.pdf