lunes, 14 de abril de 2008

Foca harpa -matanza sangrienta


  • El gobierno de Canadá tiene una larga historia de mal manejo de los ecosistemas marinos, lo que ha ocasionado depredación de la biodiversidad marina y que las industrias pesqueras y de la cacería de focas harpas (harp) sólo tengan rendimientos en el corto plazo.
  • En lugar de crear puestos de trabajo para los sectores económicamente en desventaja de Terranova el gobierno canadiense subvenciona la matanza de focas. Sobre los hielos delante de la costa noreste de Canadá, frente a Terranova y el Golfo de San Lorenzo, se lleva desde el 2003 la mayor matanza de mamíferos marinos (foca harpa) del mundo.
El estuario de San Lorenzo en el Atlántico norte, es uno de los paisajes más hermosos de Canadá. El ruido de los témpanos que se resquebrajan, la música de los disparos, la percusión de los garrotazos y el ronco desesperado bramido de los animales aterrorizados, que caen uno tras otro, bien puede ser otro encanto del lugar.

La política canadiense encontró en la masacre de los últimos cinco años, una forma de disimular la cesantía de los pescadores por la
depredación de que es objeto el mar. El ecosistema ártico se caracteriza, al contrario de los ecosistemas tropicales por su corta cadena trófica y limitada biodiversidad. Esto lo convierte en sistemas biológicos especialmente frágiles y dependientes de una gran abundancia de sus diferentes componentes.
La riqueza biológica se distribuye entre placas de hielo, agua marina, la zona costera, la tundra y algunos boreales de coníferos, configurando un mosaico de ecosistemas que sirve de hábitat permanente o de zona de cría y alimentación a las especies.


Hace 500 años en esta agua había cardúmenes de bacalao tan densos que casi no se podía navegar una canoa por las aguas. Las formas antiguas de pescar fueron remplazadas por métodos modernos. Equipos caros, pesados y poderosos ahora capturan grandes cantidades de bacalao a la vez. Actualmente por la costa de Newfoundland, casi no hay bacalao, principios de los 90 se colapsaron las poblaciones y la industria pesquera y el gobierno canadiense ha puesto su atención en las focas harpas.
En los últimos tres años la cifra de matanzas permitidas supera el millón de ejemplares por el hecho de que las focas se reprodujeron fuertemente y amenazan las reservas de bacalao en el Atlántico.
En este milenio se está produciendo un cambio a largo plazo en la composición de las capturas pesqueras tras el agotamiento de las poblaciones más tradicionales como el bacalao, platija, mero, atún (90 por ciento reducido) y la dedicación de los esfuerzos a otras menos valiosas (moluscos, crustáceos) que anteriormente se explotaban poco o nada.

Diversos estudios científicos han demostrado que las focas solo consumen al día el pescado equivalente a entre un 1 y un 3 por ciento de su masa corporal, mientras que la creencia generalizada hasta ahora era que el porcentaje alcanzaba hasta un 27 por ciento.
Por un lado, en el pasado han convivido en equilibrio grandes poblaciones de focas y ballenas con enormes poblaciones de bacalao, y tanto las poblaciones de focas y ballenas como las de bacalao eran mucho mayores que las actuales. Por otro lado, es erróneo pensar que por reducir el número de focas va a aumentar necesariamente el stock de bacalao. Las redes alimentarías marinas son muy complejas; las focas no sólo se alimentan de bacalao, sino también de otras especies que son depredadoras del bacalao, lo que implica que la disminución de focas podría provocar un aumento de especies depredadoras de bacalao y perjudicara aun más los stocks de bacalao.

El gobierno Canadiense mantiene estas cacerías por dos motivos principales:
  1. Para que los pescadores obtengan algunos ingresos fuera de la temporada de pesca.
  2. Por el mito no demostrado de que extinguen el bacalao.
Por este motivo las focas son vistas como “una plaga” a la que hay que exterminar. Las ganancias por la venta de pieles a China, Noruega y Dinamarca el año pasado, fue de 16 millones de dólares. En el Atlántico noroeste la producción pesquera registró su nivel más bajo en 1994, y nuevamente en 1998, con el agotamiento de las poblaciones de peces de fondo a la altura del este de Canadá. La falta de bacalao y de salmón se debe a su mala gestión.

Leer la totalidad del artículo. “Focas harpa apaleadas hasta la muerte".